El "mal-llamado" succionador
Lo prometido es deuda, así que os voy a hablar del aparato que está ahora mismo de moda y que, al igual que pasara con la saga “50 sombras de Grey”, está revolucionando a más de una (o de uno, según se mire).
Como sabéis, he estado un tiempo desconectada de todo, así que cuando una amiga me comentó a ver si conocía a “La Carmela”, no supe qué contestar. ¿La Carmela? Cada quien pone el nombre que quiere a su vibrador, pensé. Pero hay vibradores que sí que tienen nombre de persona, así que mejor callarme para no meter la pata, no vaya a ser que se llame así el vibrador, ya lo buscaré.
Un par de semanas después otra amiga me llamó. Quería un par de “succionadores”. Esto, unido a las imágenes que me estaban llegando esos días al wasap, me quitaron cualquier duda que pudiera tener: todo el mundo hablaba de lo mismo. Todo el mundo hablaba del “Satisfyer”.
Está de moda... pero no es nuevo
Hace más de tres años que lo tengo en mi mesilla de noche, como veis no es una novedad. Y puedo decir que NO es un succionador. Así que si alguien os ofrece “otro que succione” pensároslo dos veces antes de decir que sí… a no ser que sea eso lo que queréis. Lo que hace es generar pequeños impulsos electromagnéticos. NO ABSORBE.
La primera vez que probé el Satisfyer (en adelante aparatito) me sorprendió. Estaba enfadada y tardé dos minutos. ¡¡DOS MINUTOS!! No me lo podía creer. Solo había necesitado llegar al nivel 3. Y no soy de las facilonas, creedme.
Siempre he pensado, y lo sigo pensando, que los vibradores, los juguetes en general, son para jugar en pareja… o a solas. Pero que en ningún caso son un sustituto de nadie. Sin embargo, después de probar el aparatito, empecé a decir en los TupperSex que, en mi opinión, era el único aparato que podía hacer la competencia a la pareja. Y visto lo visto, no estaba mal encaminada (¿Habéis visto la imagen de la familia en la que están la madre, el niño, la niña y el aparatito?).
No es oro todo lo que reluce.
¿Es efectivo? Sí.
¿Es cómodo? Sí.
¿Se llega al orgasmo? Sí.
¿Es rápido? Muy rápido.
Entonces… ¿dónde está la pega? Porque sí. Siempre hay una pega.
Es rápido, es muyyyyy rápido. ¿Es ésto bueno? No necesariamente. Si lo que quieres es acabar rápida para seguir viendo la tele, planchando, salir a la calle o lo que tengas que hacer, entonces perfecto. Si lo que quieres es tener un rato para tí, para fantasear, para disfrutar y que no se acabe en un “pis pas”, entonces no es tan bueno.
Es efectivo. Llegas al orgasmo. Doy fe. Pero… ¿son todos los orgasmos iguales? Definitivamente, no. No es lo mismo un orgasmo que estás buscando, con el que juegas, fantaseas, se te resiste pero lo consigues. Que un orgasmo totalmente “físico”, centrado exclusivamente en tu clítoris, de una forma tan insistente que consigues llegar al orgasmo en tiempo récord, si. Pero que tan rápido como llega se va. Se acabó.
Tengo mi aparatito hace más de tres años y estoy encantada con él. Me resulta muy práctico. Los días en los que me cuesta terminar, cuando ya no sabes qué hacer para que llegue el orgasmo, es ahí cuando mi aparatito demuestra lo que vale. (O lo que valía, porque cuando yo lo compré costaba el doble que ahora).
El aparatito es una maravilla si lo que buscas es practicidad. Si quieres un desahogo rápido para dormir bien, o quieres usarlo para terminar después de haberte tomado tu tiempo jugando.
Pero no te lo recomiendo si lo que buscar es que te ponga a tono. Básico y práctico:
Lo apoyas sobre el clítoris.
Te da impulsos electromagnéticos.
Se concentra un volcán en tu clítorix... y explota.
No necesitas moverte, no necesitas hacer nada. Solo tenerlo "ahí" y esperar.
Lo último que quiero decir va dirigido a las parejas de las dueñas de un "Satisfyer": No tengáis miedo. Esto es como una bici estática. Puede que te vaya de maravilla con ella, pero nunca será comparable a que te dé el aire en la cara. Volverán... 😉